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"Imagínese esta ciudad universal, donde cada paso dado en un puente, en una plaza, nos hace recordar un gran pasado, y donde cada esquina, narra un fragmento de historia." (Goethe)

París, distrito IV

El origen de esta ciudad, en parte, se encuentra dentro de los límites de este distrito. La parte oriental de la Isla de La Cité le pertenece, como también la antigua Plaza de Grève ˗la actual Plaza del Hôtel de Ville. La orilla de esta plaza se componía de arena y grava facilitando la descarga de las mercancías que llegaban por el Sena. Pronto se creó el Puerto de la Grève, el más importante de París, después la creación de un mercado y como consecuencia de ello, el desarrollo de la zona.

Imagen del Hotel de Ville ˗derecha˗ y de la Torre de Saint-Jacques ˗izquierda˗
Dos puentes datan de época romana: el Petit Pont ˗une la isla de La Cité con la orilla izquierda del Sena y el Puente de Notre-Dame ˗une la isla con la orilla derecha˗.

Imagen del puente de Notre-Dame
Puente de Notre-Dame
Imagen nocturna del Petit-Pont
Petit Pont
Es el único distrito de la ciudad que tiene dos ayuntamientos: el muy conocido Hôtel de Ville ˗administra la ciudad de París, izquierda˗ y el ayuntamiento del distrito que se encuentra a la espalda del primero, a la derecha de la imagen.
Hôtel de VilleAyuntamiento del distrito IV
Rue Chanoinesse. Antigua calle de la época carolingia ˗siglo VIII al IX˗ que se encuentra junto a la catedral de Notre-Dame.















Detalle de la puerta del café  d´Arcole, , en la rue Chanoinesse



Existe una leyenda macabra sobre esta calle, un hecho que ocurrió en el año 1387. Vivían aquí un barbero y un confitero. El barbero tenía por clientes a estudiantes extranjeros que vivían en las casas de los canónigos (miembros del clérigo que estaban al servicio de la catedral de Notre-Dame). Algunos estudiantes desaparecieron. Mientras el resto del vecindario pensaba que habían sido víctimas de los ladrones, en realidad eran asesinados por el barbero, que a través de un pasadizo subterráneo, se los hacía llegar al pâtissier para que cocinara sus deliciosos pasteles. Los ladridos de un perro que permaneció durante varios días y noches posado delante de la puerta del barbero, al ver que su amo no salía, fueron los que alertaron al resto del vecindario. Cuando se descubrió “el pastel”, ambos personajes fueron condenados a la hoguera y sus casas fueron arrasadas. El terreno que ocupaban ambas casas estuvo vacío durante más de un siglo.

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