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"Imagínese esta ciudad universal, donde cada paso dado en un puente, en una plaza, nos hace recordar un gran pasado, y donde cada esquina, narra un fragmento de historia." (Goethe)

PASAJE DEL CABALLO BLANCO

El pasaje del Caballo Blanco es, como todos los pasajes de París, un entorno en el que el tiempo parece no haber pasado y testimonio de ello son sus edificios antiguos. Aunque no es un pasaje cubierto, una vez dentro, la calma y la serenidad están aseguradas y uno casi se olvida de que estamos a escasos metros de la plaza de Bastilla o de la calle de Faubourg Saint-Antoine.

Los dos accesos al pasaje están en el 21 rue Faubourg Saint-Antoine y el 2 rue de la Roquette. Ambas calles confluyen en la plaza de Bastilla, pero hay que prestar atención porque las entradas al pasaje nos pueden pasar desapercibidas.

Entrada al pasaje por la rue de la Roquette

Pasaje del Caballo Blanco 

En el origen este pasaje era un almacén de madera del que disponían los ebanistas y carpinteros que trabajaban en la calle de Fabourg Saint-Antoine. Hoy el pasaje del Caballo Blanco es un conjunto de pequeños patios donde aún se mantienen unos pocos talleres de artesanos, pero en el que el resto de los edificios han sido rehabilitados y ocupados por agencias y despachos.

A veces es de agradecer que la lluvia nos acompañe. Los colores en el pasaje se ven más resaltados

Pasaje del Caballo Blanco 

Al entrar en el pasaje, cualquiera puede pensar que no tiene nada de especial, yo lo pensé, pero la curiosidad puede siempre conmigo y continué avanzando hasta el final. Descubrí que estos edificios, de tres plantas, forman patios que llevan los nombres de los primeros meses del año, desde enero hasta junio.

Patio de Marzo

Pasaje del Caballo Blanco 

Otra curiosidad que tiene este pasaje es que los edificios están unidos entre sí por un pasaje cubierto cuya finalidad era poder transportar los muebles realizados de un edificio a otro sin tener que salir al exterior y, sobre todo, protegidos de la lluvia.

Hay un gran parecido entre los edificios. Los pasajes cubiertos que los comunican permiten diferenciarlos.

Pasaje del Caballo Blanco 

El tramo que comunica la rue Faubourg Saint-Antoine con el interior del pasaje lleva el nombre de cité Parchappe. Este era el apellido de una familia que vivió aquí y que durante el siglo XIX realizó trabajos importantes.

El pasaje termina en el patio de junio. En las fachadas se conservan las maderas originales de los antiguos talleres.

Pasaje del Caballo Blanco

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