Imagen tomada desde el exterior, en la calle que lleva a la entrada del castillo.
Vista de la capilla desde la torre de Heurtault. Es de estilo gótico flamígero y dedicado a Saint-Huberto, patrón de los cazadores. Estaba destinada para el uso privado de los reyes.
Tímpano y dintel de la puerta de
entrada a la capilla
En el dintel de la puerta de
entrada a la capilla están representados, de izquierda a derecha: San Antonio
de Alejandría en ermitaño, San Cristóbal llevando al niño Jesús y la visión de
San Huberto (finales del siglo XV).
Huberto (hacia 657-727), hijo del
duque de Aquitania, quedó viudo al dar a luz su mujer, Floribana. Se retiró
hacia las Ardenas, región del norte de Francia, donde se dedicó a la caza. La
leyenda cuenta que estando un Viernes Santo cazando, intentaba darle alcance a
un ciervo cuando éste se volvió y Huberto vio sobre su cornamenta un crucifijo
resaltado con rayos luminosos. Escuchó una voz que le dijo: - "Huberto, si
no vuelves al Señor y llevas una vida santa, irás al infierno". Se bajó
del caballo, se postró y dijo: -"Señor, ¿Qué quieres que haga?. La voz le
respondió: -"Ve y busca a Lamberto, que el te dirá lo que tienes que
hacer"
En las vidrieras de la Capilla se
ilustra la vida del rey Luis IX (San Luis)
Dentro de la Capilla se encuentra
el sepulcro de Leonardo da Vinci
Leonardo da Vinci llegó a Amboise
en 1516 cuando ya contaba 64 años. Con él una larga carrera adquirida a su paso
por ciudades como Florencia, Milán, Mantua, Venecia, Roma, Bolonia, para
terminar en Francia, concretamente en Amboise. Aquí conoció al rey Francisco I,
quien puso a su disposición la casa señorial de Cloux, hoy conocida como Clos
Lucé.
Casa de Leonardo da Vinci
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