«El Arte, decía Joaquín Carvallo, nace de una larga contemplación de la naturaleza mediante la cual el espíritu humano penetra en la esencia íntima de las cosas y se eleva hasta Dios en un esfuerzo supremo».
El
hecho de que esta propiedad tuviera numerosos dueños también influyó en los
jardines. Según la época, según la moda, fueron cambiando su diseño. En el
siglo XVIII, el jardín fue ampliado creando un jardín francés y un estanque con
forma de espejo de estilo Luis XV, actualmente es el Jardín del Agua.
Imagen antigua anterior a la reforma de Carvallo
En el siglo XIX el jardín original, de estilo renacentista, se sustituyó por un jardín inglés que era menos costoso de mantener. Cuando Joaquín compró el castillo en 1906 se encontró que los jardines estaban poblados de árboles de distintas especies de pinos, cedros, magnolios, etc. impidiendo que el palacio luciera por sí mismo.
Para
ello se inspiró en una fuente literaria. Se trata de la obra "Les plus
excellents bastiments de France" (Los edificios más bellos de Francia). El
autor es un arquitecto del siglo XVI y describe la organización de los jardines
franceses del Renacimiento.
Realizó excavaciones arqueológicas que le revelaron las huellas del antiguo jardín a la francesa. Literatura y Arqueología unidas a la pasión y empeño de un médico han hecho de Villandry uno de los jardines más admirados.
El jardín decorativo es una
continuación del castillo, como si los salones se abrieran al exterior. Para su
recuperación se sustituyeron las terrazas existentes. Los diseñadores fueron
Antonio Lozano, pintor sevillano y el paisajista Javier de Winthuysen.
La zona más cercana al castillo
está dedicada al amor:
«El
amor tierno» son
corazones separados por pequeñas llamas. En el centro, máscaras empleadas en
los bailes.
«El
amor apasionado» son
corazones rotos por la pasión.
«El
amor trágico» son
dibujos que representan filos de puñales, y las espadas empleadas en los duelos
provocan dos rivalidades amorosas. Las flores rojas recuerdan la sangre
derramada.
En «El
amor fugaz» los cuatro
abanicos de los ángulos simbolizan la ligereza de los sentimientos. Entre
estos, se encuentran los cuernos del amor traicionado.
Junto a los "Salones del Amor" está el "Salón
de las Cruces". En medio la Cruz de Malta, derecha la Cruz de Languedoc y
a la izquierda la Cruz del País Vasco.
Cruzando el canal, está el
"Salón de la Música", diseñado por Joaquín Carvallo. El boj alude de
manera simbólica a la música.
El Huerto, está inspirado en los
huertos monacales. En la Edad Media, cuando los monjes plantaban las
hortalizas, lo hacían formando figuras geométricas. Este se creó durante la
Primera Guerra Mundial.
Carvallo tuvo que volver a
ejercer de médico para atender a los soldados heridos. Decidió alojarlos en su
castillo y, para darles de comer, creó el huerto. Este se compone de nueve
cuadrados iguales donde se plantan todo tipo de hortalizas, pero haciendo una
combinación de colores: -el azul del puerro, verde de las matas de las
zanahorias, morado oscuro de la col y la remolacha.
Uno de los doce cuadrados
Los rosales de pie alto,
colocados de forma simétrica, simbolizan los monjes labrando la tierra.
Las decoraciones de fuentes, cenadores y flores, son de
influencia italiana. Al fondo, el pueblo de Villandry.
También dispone de un Laberinto, que simboliza el caminar
del hombre sobre la tierra. Es de inspiración cristiana y, contrariamente al
griego, no tiene vías sin salida.
Para terminar, el Jardín de los
Simples está dedicado al cultivo de las plantas aromáticas, culinarias y
medicinales.
Joaquín Carvallo murió en 1936.
Fue enterrado en la iglesia de Villandry, en lugar del cementerio. Según
recuerda su familia, "no
quería que la resurrección le sorprendiera al lado de un socialista".
RECOMENDACIÓN:
Si haces una visita a los
castillos del Loira, la de Villandry es obligada. Los jardines, en particular,
son dignos de admirar. Hace falta un día entero para recorrerlo todo. Para
picar durante el día, se puede salir y luego volver, tomar algo en el
restaurante del recinto, o llevar una mochila con bocadillos y tomarlos en el
propio jardín.
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