La
iglesia de San José, en París, es uno de los edificios que perdura hasta hoy
como símbolo del que fue el convento de los carmelitas, en la actualidad integrada en el Instituto
Católico de París.
La
supervivencia de esta iglesia es gracias a Sor Camille de Soyecourt, a su
trabajo y empeño para que el convento y la iglesia de San José perduraran en el
tiempo. Cuando ya no pudo hacer frente a los gastos que el edificio generaba, en
1841, lo vendió al arzobispo de París con la intención crear una Escuela de
Estudios Eclesiásticos Superiores, hoy el Instituto Católico de París.
Como
ya expliqué en la entrada de blog que habla sobre el convento de esta orden carmelita, la iglesia fue transformada en prisión durante la Revolución
Francesa. Allí fueron hechos prisioneros y luego asesinados 115 sacerdotes y
obispos refractarios en septiembre de 1792.
Escalinata de los Mártires. Escenario de las Masacres del 2 de septiembre de 1792. En
los escalones hay una inscripción en latín que dice: «Hic ceciderund» (Aquí cayeron)
El
12 de julio de 1790 se aprobó la Constitución Civil del Clero, un sistema con
el que el gobierno francés buscaba controlar el poder de la iglesia para elegir
sacerdotes y obispos y permitir la pena de muerte contra cualquier miembro que
se opusiera.
Eran
llamados refractarios porque se opusieron a jurar el nuevo sistema establecido, y por tanto enemigos de la Revolución. Muchos de ellos fueron deportados, y los
que no, quedaron a la espera de serlo. Otros fueron detenidos y algunos
escondidos. Para estos tres grupos, la situación política y militar aceleró la
violencia popular y fueron masacrados antes de que se ejecutaran las decisiones
legales.
El
2 de septiembre de 1792, muchos fueron apuñalados con picas o espadas en el
claustro o incluso rematados en la capilla mientras rezaban. Es uno de los
sitios más simbólicos de las masacres de septiembre.
Imagen de la Cripta. Hoy en día, en la
cripta de la iglesia se pueden ver las tumbas donde están enterrados los
mártires de septiembre.
Pero
esta iglesia no es solo un símbolo histórico, su arquitectura también está
considerada como excepcional.
La primera piedra de esta iglesia se colocó en julio de 1613 por la reina María de Médicis. Lo obra se terminó en 1620 y fue consagrada a San José en diciembre de 1625. En la actualidad pertenece al Instituto Católico de París, un seminario de estudios universitarios para la formación de sacerdotes. También es iglesia parroquial del barrio.
Imagen de la cúpula de tambor En cuanto a la arquitectura su estilo es barroco, influido por la arquitectura religiosa española e italiana. Fue una de las primeras iglesias en París en tener una cúpula de tambor visible desde el exterior, lo cual fue toda una novedad en la ciudad a principios del siglo XVII.
Fachada de la iglesia
La fachada presenta tres niveles que disminuyen de tamaño según ascendemos.
El frontón triangular corona la fachada con una estatua de la Virgen María, patrona de los carmelitas.
El segundo nivel está decorado dos esculturas situadas en los nichos laterales: Santa Teresa de Ávila, reformadora del Carmelo y figura central para los carmelitas descalzos, izquierda, y la figura de un obispo del que no se conoce el nombre a la derecha.
La escultura que hay en el primer nivel, sobre la puerta principal de la iglesia, es la imagen de San José.
Estas esculturas fueron colocadas durante la restauración de la fachada en la década de 1870 por los arquitectos Louis y Lucienne Dovillard, la cual se realizó respetando el diseño original del siglo XVII.
La fachada también está decorada con columnas que imitan capiteles dóricos dando la sensación de formar parte de la estructura.
Imagen de la cúpula en el interior de la iglesia y las cuatro pechinas también decoradas.
Lo más destacado es la cúpula que se alza sobre el crucero de la iglesia. Mide 9,4 metros de diámetro. Es una arquitectura que invita al silencio, la contemplación, la luz interior, acorde al espíritu carmelita. Es la primera cúpula de estilo italiano construida en París pintada al fresco en trampantojo.

Imagen de una de las pechinas sobre las que se apoya la cúpula
Están
decoradas con relieves discretos, típicos del primer barroco francés. Estas
áreas suelen ser decoradas con figuras simbólicas o escenas relacionadas con el
tema central de la cúpula.
La
pechina en imagen representa a «San Simón Stock recibiendo el escapulario
de manos de la Virgen».
En
la pechina diametralmente opuesta está «San Juan de la Cruz».
Las
dos restantes, opuestas entre ellas, representan dos temas de la Santa:
«Santa Teresa tocada por el
amor divino» y «La visión de Santa Teresa» Colgante de la cúpula de Walthère
Damery (1614-1678)
Detalle de la cúpula superior
El
interior de la cúpula superior está decorado con una escena del mundo
celestial. Se trata de Elías montado en un carro de fuego hacia el cielo y
rodeado de ángeles. Fue pintada en 1644 por Walter Damery asistido por
Bertholet Flémal. Los dos pintores habían estudiado juntos en el taller de
Pedro Pablo Rubens en Amberes y en Italia. Esta fue la primera cúpula pintada
en París.
Elías
fue elegido como la figura principal porque era muy admirado por los
carmelitas. En la pintura, lleva un traje de los carmelitas (capa blanca y
capucha marrón).
Detalle cúpula
inferior
Muestra
escenas de la vida terrenal de Elías, destacando momentos clave de su
ministerio profético.
Imagen del Retablo
El
retablo fue regalado al convento de los Carmelitas Descalzos por la reina Ana
de Austria en 1624. Es una obra de Quentin Varin (1570-1634) y representa la «Presentación de Cristo
en el Templo». Sobre el retablo hay un grupo de ángeles
esculpidos.
Lo
adornan cuatro columnas de mármol negro. A la izquierda la estatua original del
profeta Elías, de Simon Guilan. La que se encuentra a la derecha era de Santa
Teresa de Ávila, pero fue reemplazada por una estatua de una santa sin nombre
en el siglo XIX.
Imagen del Altar
El
Altar antiguo lo mandó construir el canciller Pierre Séguier en 1633, aunque en la imagen se
aprecian dos altares.
El primero forma parte del retablo. Presenta un bajorrelieve de
mármol blanco con La Última Cena y es del siglo XIV. Se atribuye a
Evrard d'Orleans (1292-1357).
Formaba parte del retablo ofrecido por Juana de
Évreux, en 1340, para adornar el altar mayor de la iglesia abacial de
Notre-Dame-la-Royale de la abadía de Maubuisson. El bajorrelieve fue colocado
por Alexandre Lenoir en esta iglesia, con la intención de protegerlo durante la
Revolución.
El
tabernáculo de plata, sobre el Altar, es de estilo barroco.
Delante
de este hay un altar moderno, más pequeño, de mármol y dorado. Fue realizado en
1991 por el escultor Philippe Kaeppelin. Ilustra su visión de un Apocalipsis
moderno, «Los Mártires de la Gran Prueba», una referencia a los sacerdotes asesinados en la iglesia.

Capilla de Santiago
La
Capilla de Santiago, iniciada en 1635, está decorada en estilo barroco. Fue patrocinado por Jacques d'Éstampes de Molinay, su esposa e hijo a
partir de 1635.
La
pintura del altar representa a Santiago el Mayor, pintado por Pierre van Mol en
el siglo XVII. Las pinturas del techo representan episodios de la vida de
Santiago, dispuestos en torno a la pintura central de la Transfiguración de
Cristo. Las pinturas del lado izquierdo muestran escenas del rey Luis IX,
incluida su partida a la Séptima Cruzada, sus actividades caritativas y su
recepción de las reliquias de la pasión de Cristo en Sainte Chapelle.
La
pared de la derecha está dedicada a escenas de la vida de Santo Domingo.
Gran parte los
frescos son obra de Abraham Van Diepenbeeck (1596-1675), un
artista flamenco que trabajó como aprendiz en el taller de Pedro Pablo Rubens
en Amberes.
Capilla
de la Virgen
La
Capilla de la Virgen, se encuentra en el lado izquierdo del crucero, a la altura
del altar mayor. Su elemento central es una estatua de mármol de la Virgen
María, del escultor italiano Antonio Raggi (1624-1666), alumno de Bernini. Fue
ofrecido a la iglesia por el cardenal Antonio Barberini en 1656. Se instaló en
la iglesia en 1663. Aunque la escultura no fue hecha por Bernini, fue hecha
según su diseño, al igual que el altar de mármol, que se asemeja a un templo
romano, con delicadas columnas y frisos.
Capilla
de los Mártires de 1792
La
Capilla de los Mártires de 1792, en el lado derecho de la nave, muestra una
iluminación con los nombres de las 115 víctimas de las Masacres del 2 de septiembre.
Fueron beatificados en 1926.
Las
pinturas de ramos de flores en los arcos de la capilla, de Claude Deruet
(1588-1660), realizadas entre 1630 y 1640, son algunas de las primeras
decoraciones originales de la iglesia.
Otras
obras tempranas en el techo incluyen pinturas del canto de la Santísima Virgen
por la Trinidad, y figuras de los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. La
pintura que contiene el único ejemplo de la decoración original de la iglesia
primitiva, representa ángeles músicos.
Una
escena más reciente es una obra titulada «La Virgen se aparece a los sacerdotes
masacrados en septiembre de 1792», relacionado con un evento que tuvo lugar en
la iglesia durante la Masacre de septiembre de 1792.
Capilla
de Teresa de Lisieux
La
capilla de Teresa de Lisieux, canonizada en 1925, se encuentra a la derecha del
crucero. El rector del Seminario del Instituto Católico y futuro cardenal,
Verider, encargó la capilla. La adorna un grupo de cuatro pinturas sobre su vida,
pintadas por Paul Buffet (1864-1941) y su hermano Amédée (¿1869-?).
Una
de las tablas representa al Santo vigilando a los soldados franceses en las
trincheras durante la Primera Guerra Mundial. El estilo de los dos hermanos se
asemeja al de Maurice Denis y los Nabis, activos en ese momento.
Esta
capilla contiene, además, dos estatuas del siglo XVII que representan «La Contrición» y fueron realizadas por Jacques Sarazin
(1592-1660). Una representa a San Pedro, y la otra a María Magdalena. Sus
rostros y sus figuras retorcidas sugieren tristeza y arrepentimiento.

Capilla de Santa Ana
Creando
esta entrada para el blog, me he dado cuenta de que, durante la visita a esta
iglesia, no tomé fotos de esta capilla. Es cierto que estaba algo oscura y tal
fuese este el motivo.
Viéndola
en imágenes he tenido la impresión de que es una de las más interesantes por su
riqueza artística.
Púlpito
El
púlpito de la iglesia, fue tallado en el siglo XVII para otra iglesia. Fue
utilizado por el padre Lacordaire, quien, durante su estancia en esta iglesia,
introdujo la costumbre de decir sermones basados en un texto bíblico, una
práctica muy rara antes de su tiempo, pero ahora muy común en las iglesias de
París.
La
iglesia fue reabierta al culto el 29 de agosto por el obispo Maillé de la
Tour-Landry. Los carmelitas restauraron la iglesia y los edificios, compraron
gradualmente el terreno en el jardín y recogieron las reliquias de los
mártires.
En
1867, la apertura de la rue de Rennes afectó al jardín provocando la
desaparición de la capilla de los mártires y del pozo donde habían sido
arrojados sus restos. Las excavaciones que se llevaron a cabo dieron como
resultado la exhumación de los restos de los mártires.
El informe fechado el 6 de
julio de 1867 concluye que, tras examinar los huesos encontrados, unas 90
personas habían sido arrojadas al pozo, incluidas dos mujeres y tres niños
menores de diez años. Imagen de la Cripta
Estas
reliquias están depositadas en la cripta de la iglesia modificada para tal fin,
junto a la bóveda que contiene el sepulcro de Madame de Soyecourt.
Lo
que queda hoy es la iglesia, el edificio de los monjes que rodea el claustro
(ahora Sala de los Hechos), el corredor y las escalinatas donde se produjo la
matanza, una sala conocida como las «espadas», encima de las escaleras, y parte del jardín.
Además
de los huesos encontrados en el pozo, la cripta también contiene la carpintería
y parte del pavimento de la capilla del jardín, que se encontraba en el número
112 de la rue de Rennes y fue destruida cuando se construyó esta carretera.
Vidriera
que forma parte de la Capilla de la Virgen. Se trata de Cristo y la Virgen
María con Santo Domingo.
Dato
curioso
Las
paredes exteriores de los edificios del convento están enlucidas con una
pintura blanca brillante. Este color se llama «Blanc
des Carmes».
Jardín carmelia
El
jardín des Carmes, es una prolongación de la iglesia, una isla de vegetación en
el corazón del distrito.
A
finales del siglo XVIII, este jardín estaba destinado al cultivo de melisa, de
la que los monjes crearon una bebida llamada «agua de melisa carmelita».
El
secreto mejor guardado del lugar se encuentra en la parte trasera del jardín.
Se trata una zona plantada con árboles y flores, invisible desde la calle. Este
remanso de paz, que hoy sirve de paseo a los seminaristas, vivió las terribles
masacres de septiembre de 1792.
Los
demás secretos son visibles bajo tierra. Tres criptas con funciones y
finalidades muy diferentes albergan las tumbas de los carmelitas del siglo XIX
y los huesos de personajes religiosos masacrados durante la Revolución.
Este enlace lleva a conocer en detalle las obras de la iglesia de Saint-Joseph-des-Carmes. Está en francés, se puede tradurir: https://www.patrimoine-histoire.fr/Patrimoine/Paris/Paris-Saint-Joseph-des-Carmes.htm#SaintLuc